Los bio-robots imitan la estructura muscular
El reto es crear estructuras que sean
exactas
a los músculos del cuerpo
humano. Y que además reproduzcan sus movimientos, funciones y diseño, pero sin
que dependan del cuerpo de una persona, necesariamente. Se trata de una nueva
tecnología que en EE.UU. ha sido bautizada como
bio-robots.
Ahí, ingenieros de la
Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign, sorprendieron al
mundo cuando mostraron músculos hechos en
laboratorio, que podían ‘caminar’ por sí solos a través de pulsos eléctricos
que eran generados por células madre de
laboratorio.
El proyecto, que comenzó en
el 2012, ha resultado en la creación de bio-robots de solo un centímetro de
tamaño. Caroline Cvetkovic, coautora principal del trabajo, dijo a la agencia
EFE que representan el primer paso para
lograr trasplantes ‘inteligentes’ o máquinas que hagan trabajos puntuales como
administrar fármacos o en robótica quirúrgica.
Pero la tecnología también tiene potencialidad para crear robots
con capacidad para responder a una gran exigencia física, como las operaciones de rescate, la carga de mercancías o la
movilidad de las personas que tienen algún tipo de discapacidad. En el
Instituto Tecnológico de Tokio ya se ‘viste’ a un esqueleto con bio-robots,
para que pueda realizar actividades autónomas.
Los músculos están
compuestos por tubos de caucho y poliéster entrelazado, que se expanden y
contraen al aplicarles aire a alta presión. Son pequeños y versátiles, según
Koichi Suzumori, responsable del proyecto y citado en la agencia EFE.
Los robots tradicionales
y más avanzados de la actualidad -detalla Suzumori- tienen cinco o seis motores
para mover cada extremidad inferior. Mientras que una pierna humana está
provista de más de 50 músculos solo para mover la rodilla, lo que le permite
gran flexibilidad y destreza. Los bio-robots hacen posible incluir dentro de
una estructura esa cantidad de músculos, lo que ha abierto nuevas
oportunidades. Por ejemplo la construcción de ‘trajes de músculos’ hechos a la
medida, mucho más ligeros y cómodos que los exoesqueletos robóticos que ya
existen en el mundo.
El futuro de esta tecnología
está en el reemplazo de las articulaciones humanas, lo que -reconocen los
científicos-
aún está lejano.
Uno de los desafíos técnicos es la lentitud de
movimientos de los dispositivos, lo que mejorará
agregando más músculos. Hasta el 2015, Suzumori cree que se podrá colocar 700
músculos en un esqueleto, que es la misma cantidad que tiene el ser humano.
Esta semana se hizo en Madrid, un congreso mundial de humanoides, en donde los
bio-robots, volvieron a estar en la mesa de debate. Ahí se pudo ver cómo los
‘robots humanos’ han logrado una sensibilidad en sus movimientos que los hace
capaces de cocinar o incluso operar a una persona, como si se tratara de
cirujanos de carne y hueso. Más de 400 expertos participaron en el congreso,
que tuvo una duración de tres días. Se mostraron robots que pueden ser
camareros, azafatas o asistentes sociales, con capacidad para llevar paquetes
de un lado a otro y con completa autonomía en sus movimientos y funciones.
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